¿Bien común, responsabilidad compartida?
Bisie es una mina de estaño que se encuentra en la región de Walikale en la provincia del Kivu norte de la República Democrática de Congo.
De acuerdo a un reciente informe publicado por 4 organizaciones congoleñas, dentro de 12 años Bisie será la mina de estaño más importante de África.
El estaño que se extrae de la montaña de Bisie es uno de los más concentrados del mundo: de 100 toneladas excavadas se consiguen 3,25 toneladas de estaño, cuando lo normal es 0,7, con una de las mejores correlaciones entre precio y calidad del mundo.
Sin embargo, las condiciones de vida y seguridad de las personas que viven en el entorno de Bisie son cada vez más penosas. Existe un persistente clima de inseguridad y de violación de derechos. Y un telón de fondo en donde destacan el conflicto entre los mineros artesanales, las comunidades locales y los dos grupos empresariales que hasta el momento han intervenido en el terreno.
Como es habitual, la situación se ha visto agravada por un Estado ausente, una “comunidad internacional” silenciosa, y unos intereses geopolíticos y estratégicos que sobrevuelan sobre un recurso estratégico para muchas industrias: el estaño.
El boom de Bisie empezó en 2002, de la mano de los mineros artesanales. Conforme la mina fue creciendo y se fue desvelando su riqueza geológica, comenzó a afianzarse un grupo empresarial que compraba casi la totalidad de la producción artesanal de estaño y fue adquiriendo los derechos y permisos para hacer prospección.
Los problemas con las comunidades locales y los mineros artesanales y dicho grupo empresarial se desataron desde el principio, a pesar de la existencia de una legislación específica para este tipo de situaciones.
De hecho, en el primer proceso de consulta que tuvo lugar en 2006 ni siquiera se tradujo el proyecto a la lengua local, no se establecieron mecanismos para trasladar las preguntas y preocupaciones de la población local y se produjo una fuerte desconexión entre las personas consultadas por la empresa y las bases locales.
Cuando un segundo grupo empresarial adquirió el proyecto en 2016, se multiplicaron las expectativas de la población local.
Sin embargo, persisten los mismos problemas.
De acuerdo al informe consultado, tres cuestiones claves para superar el actual impasse son:
- la representación local
- el acompañamiento técnico para comprender los detalles del proyecto y
- el diálogo para tener una visión compartida de futuro en la región.
Bisie es un proyecto gigante y una responsabilidad compartida de un numeroso grupo de actores, entre los que también se encuentra la comunidad internacional, las industrias y los grupos de consumidores.
Es obvio que en Bisie la responsabilidad primera recae sobre el propio Estado congoleño, la empresa adjudicataria del proyecto, y las comunidades y autoridades locales.
Sin embargo, no nos dejemos engañar: en un entorno de tanta inestabilidad como es el Kivu Norte, un proyecto de estas características no puede desenvolverse en paz sin un fuerte apoyo, acompañamiento y monitoreo externo. Es lo que conlleva la responsabilidad compartida de los bienes comunes en la que ALBOAN cree firmemente.
Una luz de esperanza nos la dan las cuatro organizaciones congoleñas que participan en el mencionado estudio: están poniendo una voz propia al proyecto, demostrando que la sociedad civil local tiene un papel decisivo que desempeñar en la conformación de ese gigante de estaño, en un ambiente de paz.
Para acceder al estudio, cliquear aquí.
Alicia Aleman Arrastio
31 de mayo de 2017